

Foto 1 - Che Guevara
Se llama Guerrillero heroico- en la que aparece su rostro con la boina negra mirando a lo lejos, fue tomada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960 -cuando Guevara tenía 31 años- en un entierro por la víctimas de la explosión de La Coubre, pero no fue publicada sino hasta siete años después. El Instituto de Arte de Maryland (Estados Unidos) la denominó "La más famosa fotografía e icono gráfico del mundo en el siglo XX". Es quizá además la imagen más reproducida en la historia, apareciendo en carteles, camisetas, obras de arte, y un largo etcétera. Expresa desde un símbolo universal de rebeldía -en todas sus interpretaciones- (sigue siendo un icono para la juventud no afiliada a las tendencias políticas principales) hasta una imagen "sexy".
Foto 2 - La agonía de Omayra
Omayra Sánchez fue una niña víctima del volcán Nevado del Ruiz durante la erupción que arraso al pueblo de Armero, Colombia en 1985. Omayra estuvo 3 días atrapada en el fango, agua y restos de su propia casa. Tenía 13 años y durante el tiempo que se mantuvo atorada siempre estuvo encima de los cuerpos de sus familiares. Cuando los socorristas intentaron ayudarla, comprobaron que era imposible, ya que para sacarla necesitaban amputarle las piernas, sin embargo carecían de cirugía y podría fallecer. La otra opción era traer una moto-bomba que succionará el cada vez mayor fango en que estaba sumergida. La única moto-bomba disponible estaba lejos del sitio, por lo que solo podían dejarla morir. Omayra se mostró fuerte hasta el último momento de su vida, según los socorristas y periodistas que la rodearon. Durante los tres días, estuvo pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes. El fotógrafo Frank Fournier, hizo una foto de Omayra que dio la vuelta al mundo y originó una controversia acerca de la indiferencia del Gobierno Colombiano respecto a las víctimas. La fotografía se publicó meses después de que la chica falleciera. Muchos ven en esta imagen de 1985 el comienzo de lo que hoy llamamos Globalización, pues su agonía fue seguida en directo por las cámaras de televisión y retransmitida a todo el Mundo.
Foto 3 - La niña del Vietnam
El 8 de junio de 1972, un avión de Los Estados Unidos bombardeó con napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. Con su ropa en llamas, la niña de nueve años corrió fuera de la población. En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas, el fotógrafo Nic Ut registró la famosa imagen. Luego, Nic Ut la llevaría al hospital. Permaneció allí durante 14 meses, y fue sometida a 17 operaciones de injertos de piel. Cualquiera que vea esa fotografía puede ver la profundidad del sufrimiento, la desesperanza, el dolor humano de la guerra, especialmente para los niños. Hoy en día Pham Thi Kim Phuc, la niña de la fotografía está casada y con 2 hijos y reside en Canada. Preside la 'Fundación Kim Phuc', dedicada a ayudar a los niños víctimas de la guerra y es embajadora para la UNESCO.
Foto 4 - Ejecución en Saigon
"El coronel asesinó al preso; yo asesiné al coronel con mi cámara". Eddie Adams, fotógrafo de guerra, fue el autor de esta instantánea que muestra el asesinato, el 1 de febrero de 1968, por parte del jefe de policía de Saigon, a sangre fría, de un guerrillero del Vietcong, que tenía las manos atadas a la espalda, justo en el mismo instante en que le dispara a quemarropa. Adams, que había sido corresponsal en 13 guerras, obtuvo por esta fotografía un premio Pulitzer, pero le afectó tanto emocionalmente que se reconvirtió en fotógrafo del mundo rosa.
Foto 5 - La niña afgana
Gharbat Gula fue fotografiada cuando tenía 12 años por el fotógrafo Steve McCurry, en junio de 1984. Fue en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética. Su foto fue publicada en la portada de National Geographic en junio de 1985 y, debido a su expresivo rostro de ojos verdes, la portada se convirtió en una de las más famosas de la revista. Sin embargo, en aquel entonces nadie sabía el nombre de la chica. El mismo hombre que la fotografió, Steve McCurry realizó una búsqueda de la joven que duró 17 años. El fotógrafo realizó numerosos viajes a la zona hasta que, en enero de 2002, encontró a la niña convertida en una mujer de 30 años y pudo saber su nombre. Sharbat Gula vive en una aldea remota de Afganistán, es una mujer tradicional pastún, casada y madre de tres hijos. Ella había regresado a Afganistán en 1992. Nadie la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa. La identidad de la mujer fue confirmada al 99,9% mediante una tecnología de reconocimiento facial del FBI y la comparación del iris de ambas fotografías.
Foto 6 - Beso en Times Square
El jueves 16 de agosto recien pasado casi 100 parejas revivieron en el Times Square el beso de un soldado de la marina de los Estados Unidos y una Enfermera, que al término de la 2da Guerra el fotografo Alfred Eisenstaedt inmortalizara para la revista “Time Life”.
Este beso sin duda es uno de los más famosos del mundo quedo inmortalizado también en una estatua colocada en la famosa plaza Newyorkina. La historia cuenta que jamás se ha podido identificar al soldado, pese a lo anterior hay varios ex marinos que se atribuyen esta legendaria hazaña, considerando que quién tomo por la cintura a la enfermera no la conocía, simplemente fue un beso “casual”.
Foto 7 - El hombre del tanque en Tiananmen
La imagen fue captada el 5 de junio de 1989 por al menos tres fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, junto a la plaza de Tiananmen.
Una imagen dio la vuelta al mundo hace dos décadas: la de un hombre impávido plantado frente a una columna de blindados en la avenida pequinesa de Chang"An, en una conmovedora protesta individual horas después de que cientos de jóvenes murieran bajo las cadenas de oruga y los proyectiles de esos acorazados.
La imagen fue captada el 5 de junio de 1989 por al menos tres fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, junto a la plaza de Tiananmen: los estadounidenses Jeff Widener, para la agencia Associated Press (AP), Charlie Cole, para la revista "Newsweek", y el británico Stuart Franklin, de Magnum, para la revista "Time".
"El hombre solitario me va a fastidiar la composición de la foto", pensó Widener, hoy con 52 años, antes de congelar la gesta del desconocido, según explicó a Efe en una visita a Pekín.
Las cadenas televisivas CNN y BBC captaron también a aquel joven un poco melenudo, que parecía venir de la compra y que de pronto afrentó al tanque, le cortó el paso y se encaramó a su torreta para hablar con el soldado de dentro, hasta que tres hombres se lo llevaron y fue engullido para siempre por la Historia.
En la foto de Widener, el chino más buscado por los corresponsales en cada aniversario de la matanza lleva una bolsa y una chaqueta en la mano izquierda, y en el ángulo inferior derecho se ve parte de una farola de Chang An, la avenida de la "Paz Eterna".
Era mediodía. "Cuando los tanques entraron en Chang An, esperaba que dispararan a ese hombre, pero no lo hicieron. Recuerdo que le dije a Kurt, "este tipo está loco, lo van a matar".
Kurt, o Kirt, recuerda, fue el estudiante americano que le dejó usar su habitación, en la sexta planta, y que, burlando la presencia policial, consiguió llevar el carrete de Widener, oculto en su ropa interior, hasta la oficina de AP: "No he vuelto a saber nada de él. Me gustaría agradecer lo que hizo, porque sin su valiente ayuda el mundo nunca habría visto la foto".
Desde la noche de la matanza, Widener, entonces editor para Asia en Bangkok, había tenido problemas: se quedó sin baterías para su flash justo al empezar los disparos, y una piedra perdida lo golpeó en la cabeza dejándolo conmocionado durante más de un día.
Widener gesticula al recordar el dolor, el espanto y los muertos.
Ya en la ventana del hotel, "para mi horror, noté que la velocidad de obturación era demasiado baja para una lente de 800 milímetros. Me arriesgué a correr hacia la cama para cambiarlo y obtener una imagen más ajustada. Pero olvidé que la velocidad de la película era de menos de 100 ASA (índice fotográfico que mide la sensibilidad de la película), y no los 800 ASA de siempre".
"La mayoría de periodistas se equivocan con eso, algunos dicen que la exposición era errónea. De hecho, era perfecta. Pero asumí que era seguro disparar en 1/250 (velocidad de obturación de la fotografía, calculada en fracciones de segundo)... y no 1/30. Es un milagro que la foto se vea nítida. Sólo disparé tres veces", recuerda Widener, a quien todavía le escuece que esa foto no le diera el Pulitzer de 1990, para el que quedó finalista.
Mejor fortuna tuvo la de Charlie Cole, ya que la imagen le valió un World Press Award en el 89.
"Tomé la foto con una Nikon y una lente de 300 milímetros, desde un balcón que estaba muy lejos, a unos 200 metros de la escena", desde la habitación de Stuart Franklin, en la octava planta del hotel, explicó a Efe Cole, de 54 años.
Después de haber dispersado a la gente que había regresado a la plaza esa mañana, una columna de 25 tanques avanzó por la avenida.
"Stuart y yo estábamos disparando hombro con hombro, y de la nada apareció ese joven, con una chaqueta en una mano y una bolsa en la otra, y se puso delante de los tanques. No podía creerlo. Pero seguí disparando convencido de que lo iban a matar. Para mi asombro, el tanque se detuvo".
La foto de Franklin tiene un campo de visión más amplio e incluye un autobús calcinado al fondo.
Luego, explica Cole, anticipándose a la Policía, que la noche anterior lo asaltó con una picana eléctrica en la recepción del hotel, escondió los carretes en la cisterna del váter.
En cuanto a la suerte del hombre del tanque, que algunos medios llegaron a identificar como un tal Wang Weilin, el tejano asume que se lo llevó la Policía secreta y fue ejecutado.
Aunque otras fuentes señalan que, de ser así, el Gobierno habría dado una publicidad ejemplar a su ejecución, negada por el presidente Jiang Zeming.
"Él creó la imagen, yo sólo tomé la foto", explica Cole, quien subraya que la actitud de ese joven conmovió al mundo: "Me sentí honrado por estar allí".
Foto 8 - Protesta silenciosa
Thich Quang Duc, nacido en 1897, fue un monje budista vietnamita (también llamados bonzos) que se inmoló hasta morir en una calle muy transitada de Saigon el 11 de junio de 1963. Su acto de inmolación, que fue repetido por otros monjes, fue el más recordado, ya que fue atestiguado por David Halberstam. Mientras su cuerpo ardía, el monje se mantuvo completamente inmóvil. No gritó, ni siquiera hizo un ruido. Thich Quang Duc estaba protestando contra la manera en la que la administración oprimía la religión Budista en su país. Después de su muerte, su cuerpo fue cremado conforme a la tradición budista. Durante la cremación su corazón se mantuvo intacto, por lo que fue considerado como santo y su corazón fue trasladado al cuidado del Banco de Reserva de Vietnam como reliquia. Este es el origen de la expresión "quemarse a lo bonzo", que al revés de lo que la gente piensa no se refiere a la forma de quitarse la vida, sino al hecho de matarse como forma de protesta política.
Foto 9 - Acechando la muerte
Genial fotógrafo sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudan), que recorrió el mundo entero. En la imagen puede verse la figura esquelética de una pequeña niña, totalmente desnutrida, recostándose sobre la tierra, agotada por el hambre, y a punto de morir, mientras que en un segundo plano, la figura negra expectante de un buitre se encuentra acechando y esperando el momento preciso de la muerte de la niña. Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.
Foto 10 - The falling man
The Falling Man es el título de una fotografía tomada por Richard Drew durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas del World Trade Center, a las 9:41:15 de la mañana. En la imagen se puede ver a un hombre caer desde una de las torres, que seguramente eligió saltar al vacío en lugar de morir por el calor y el humo. La publicación del documento poco después de los atentados encolerizó a ciertos sectores de la opinión pública norteamericana. Acto seguido, la mayoría de los medios de comunicación se auto-censuraron, prefiriendo mostrar únicamente fotografías de actos de heroísmo y sacrificio. Un documental trato de averiguar la identidad de aquel hombre.
Foto 11 - Ayúdame padrecito
Durante el Alzamiento de Puerto Cabello Estado Carabobo en Venezuela –1962- episodio conocido como el porteñazo el gobierno reprimió violentamente a los insurrectos.
La imagen del capellán Luis María Padilla sosteniendo en sus brazos a un soldado herido recorrió el mundo y lo hace acreedor del único premio Pulitzer y World Press Photo obtenido en el país en mención fotoperiodismo.
Donde el capellán Luís María Padilla intenta salvar al subteniente Luís Antonio Rivera Sanoja del Batallón Carabobo. Mientras lo alzaba en brazos éste sólo alcanzó a decir "ayúdeme padrecito" antes de ser nuevamente herido por las balas.
Foto 12 - El beso del Hotel De Ville
Esta hermosa foto, que data de 1950, está considerada como la más vendida de la historia, con unos 410.000 copias despachadas. Esto fue debido a la intrigante historia con la que fue descrita durante muchos años: según se contaba esta foto había sido tomada fortuitamente por Robert Doisneau mientras se encontraba sentado tomándose un café con su Rolleiflex en la mano. Dicho fotógrafo acciono su cámara entre la multitud que caminaba frente a él y quedo grabada esta hermosa imagen de un par de amantes besándose con pasión mientras caminaban en medio de la muchedumbre. Esta fue la historia que se conoció durante muchos años hasta 1992, cuando dos impostores se hicieran pasar por la pareja protagonista de esta foto. Sin embargo el Sr. Doisneau indignado por aquella falsa declaración, revelaría la historia original aclarando así aquella leyenda: la fotografía no había sido tomada al azar, sino que se trataba de dos actores en los que se había fijado y a los que pidió que posaran para su lente, enviándoles una copia de la foto como agradecimiento. 55 años después Françoise Bornet (la mujer del beso) subastaría la copia de esta foto recibiendo por ella 200.000 dólares.
Si alguien más se anima a seguir ilustrándonos...

PD: Sé que en este hilo sólo se pueden postear dos o tres fotos por post, pero permitídmelo para introducir el juego e incentivar un poco
