
Son tantas las plataformas y servicios que requieren una contraseña que el usuario, harto del procedimiento, acaban utilizando siempre la misma clave fácil de recordar y, por lo tanto, muy sencilla de *******. Esto es lo que revela una encuesta de la empresa S2 Grupo.
El 42% de los participantes aseguró en la encuesta que utilizan la misma contraseña para todo. "A ninguna persona se le ocurriría tener la misma llave para su casa, el apartamento, el buzón, el coche o la taquilla del gimnasio, ¿verdad?" dice José Rosell, socio-director de S2 Grupo. Estos son algunos de los errores que más se cometen con las infravaloradas contraseñas.
Este es el primer error que se comete a la hora de proteger cuentas de bancos, correos electrónicos, perfiles en redes sociales, el acceso a la red WiFi o simplemente el servicio de streaming donde se ven series cada noche. Puede parecer una tontería, pero que una persona ajena acceda a alguna de estas plataformas en tu nombre, también podría darle acceso a otros datos más personales y sensibles, como el dinero o tu ubicación.
Si adivinando una clave, se saben todas las demás, se facilita mucho la vida a los piratas informáticos. De ahí que los expertos aconsejen variar las claves en cada perfil y servicio. Si se tienen dificultades para recordarlas, se pueden usar gestores de contraseñas como LastPass o 1 Password que cuentan con fuertes medidas de protección.
Así solo es necesario recordar una clave para disponer de todas las demás. Recuerda también cambiarlas cada cierto tiempo, por ejemplo, cada año. Pues otros fallos que se cometen es no renovarlas o guardarlas en cuadernos a la vista, en el navegador o en el propio dispositivo.
El segundo gran error es el de usar claves débiles, fáciles de adivinar. Las contraseñas '12345' y '111111' son las más habituales en España según revela la lista anual del administrador de contraseñas NordPass. Este tipo de claves las pueden descubrir los hackers como quien dice, con los ojos cerrados.
Un reciente estudio de Hive Systems aconseja aumentar la longitud de las claves hasta los 12 dígitos, pues con menos de 8 son rápidas de desentrañar para los sistemas de hackeo. Si se alcanza la docena de caracteres y estos son variados sin palabras reconocibles, la protección aumenta. Se deben usar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos, así los hackers podrían tardar en descubrir la clave nada menos que 3.000 años en averiguarla.
Los errores que cometes con las contraseñas: 4 de cada 10 españoles usan la misma clave para todo